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1976, Jean Terramorsi y Henry Lehrm imaginan un vehículo de competición, capaz de ganar y dar un golpe de efecto en el mundo de los rallyes.
Un vehículo totalmente modificado y adaptado a las necesidades, para ser un punto y a parte en competición, del que se hablaría durante mucho tiempo… ambos coincidieron en que, éste, debía partir del conocido Renault 5.
Enero de 1978, el primer prototipo está terminado y listo para entregar a Renault. Bertone finaliza el encargo y se ven las primeras líneas de lo que será el nuevo juguete.
Algunos lo denominaron así, por las líneas, formas y apariencia que tomó, recordaba lo que podría haber sido un juguete… se dice, que de ahí la gran aceptación que tuvo por parte de público, que no era ni siquiera aficionado al mundo del motor… solo que este era un juguete diferente, para niños que habían crecido, el RENAULT 5 TURBO.
Quedan detalles por resolver, pero los elementos principales ya están listos, por ejemplo, los conocidos asientos y cuadro de instrumentos diseñados por Yves Legal.
Como si de una criatura se tratase, 9 meses después de que Renault recibiera la primera maqueta, se presentaba por primera vez en sociedad. ahora sí, con un aspecto muy próximo de como será su versión definitiva.
Se trata de una carrera fugaz, desde sus inicios como Grupo 4 en el Giro d’Italia de 1979, llegando a su versión Superproduction de circuito en 1987, año en que conseguiría su último gran título.
Durante este periodo de tiempo, se puede estudiar toda su evolución, empezando por los motores de origen de 160cv hasta los más de 350cv de sus últimas versiones, 2 o 4 ruedas motrices, circuitos, rallyes, resistencia…
De las inyecciones mecánicas Bosch K-Jetronic, pasando por la Kugelfisher pilotada electrónicamente (derivada directa de la usada en la F1) terminando con gestión integral electrónica adaptada por SO.DE.MO.
Así empezaba la aventura del pequeño Renault 5, del que nadie (o quizás unos pocos) podía imaginar cual sería su éxito. No hay que olvidar que se trata de una versión concebida para competir, y se adaptó luego la versión comercial para el gran público, tal y como era entregado en el concesionario.
Y digo empezaba, porque a día de hoy, en el año 2018, todavía le quedan muchas páginas por escribir a nuestro pequeño juguete, nos hacemos mayores, pero sigue enamorando a las generaciones que llegan, la pasión de aquellos pioneros era auténtica, más que un trabajo, más que un salario a fin de mes… consiguieron crear algo atemporal, a lo que solo puedo dar las gracias.